"Y después sí, vino Nana, y empezó la fiesta.
Cuando Myriam Henne-Adda sube a un escenario a cantar, la diversión está asegurada. No solamente llama la atención su colorido vestuario, sino la alegría que transmite con sus canciones, su voz, el juego que manifiesta con el público, haciéndolo partícipe de la fiesta. Es difícil poder definir su estilo musical: mezcla de rock, pop, melódico, cumbia con influencias de tango y milonga. Pero lo que mejor caracteriza a Nana e Nada es su moral lúdica, cierta ingenuidad y mucha gracias.
Henne-Adda se viste para ir a la playa, se mimetiza con la naturaleza, nos lleva con la suavidad de su voz al sur de Francia, a la campiña, a la costa. Pero también intercala palabras en español reconociendo la forma en que Buenos Aires se enlaza en un gran abrazo con París.
La alegría de la banda fue interrumpida por un momento muy placentero. Fuera de programa y gran sorpresa apareció Nilda Fernández. El reconocido cantautor español pero radicado en Francia hace varios, años, gran figura musical de la década del ’90, influencia de artistas independientes, vino a la Argentina nuevamente (ya estuvo el año pasado) para presentarse el sábado en el Café Vinilo. Pero Nana lo invitó a esta presentación y no vino solo, sino en compañía de su guitarra, brindando no solamente un descanso a la banda, sino también dos temas hermosos y melancólicos.
Más tarde la banda volvió al escenario y siguió alegrando la noche. Algunos de los temas musicales que cantaron fueron: “Miss Playmobile”, “Sol Solitude” y “Le Tango Stupéfiant” (tango francés de los años 30), que mezcla melodía típica francesa a ritmo de tango y letra bilingüe."
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